Explotaba Joseph Merrick (El hombre elefante) en un ataque de desesperación justo antes de ser interceptado por una turba furiosa, violenta, que se ensaña con el por temor. Temor a lo diferente, a aquello que se escapa a nuestra normalidad.
De igual manera comienza "El circo de las mariposas", una escena en la que un grupo jaleado por el presentador del espectaculo, lanza con violencia y desprecio varias deceneas de tomates a un hombre que, carente de extremidades, recibe con resignación los impactos.
"El circo de las mariposas" no es más que la teatralización de una realidad cotidiana. Quien no se ha sentido dentro de un circo de los horrores, tomatazo a tomatazo, asumiendo su destino como inevitable, inamovible, encerrado entre barrotes viendo realidades mejores que parecen inalcanzables. Incapaces. Perdidos. Hastiados. Te ves como un monstruo, y acabas asumiendo que lo eres.
Hay otros circos. Otro publico. OTRO TÚ.
Quizá como el protagonista del corto (Will-Nick Vujicic) solo necesitemos de alguien que nos despierte, que nos haga brillar, que nos cree conciencia. Tú eres tu propio hecho diferencial y la diferencia es PODER porque eso te hace único. No existen más monstruos que los de los cuentos infantiles.
Hemos venido a vivir y el tiempo es un enemigo inexorable. No pierdas el tiempo compadeciendote, no asumas tu dolor como normal. No te encierres entre barrotes. Si tu reto es enorme, tu gloria es eterna.
SER o NO SER.
